martes, 8 de septiembre de 2015

¿Qué es la Anarquía? II


   La definición de Anarquía contenida por enciclopedias y páginas webs tiene su origen en la difundida por la RAE (Real Academia Española), que considera a este concepto como ‘caos y desorden social producidos por la falta de una autoridad o poder público’. Asimismo, la mediatización que se hace del término percibe esta forma de precisar a la Anarquía, por lo que es representada por medio de momentos violentos, procesos de desorganización o periodos caóticos presentes en una sociedad a causa de una acefalía estatal.

   Para discernir de la concepción impuesta culturalmente, la que es reproducida a diario por los medios masivos de comunicación en todo el mundo, es menester analizar con suficiente atención la génesis etimológica de la palabra. Dicha comprensión contribuirá al conocimiento de las bases del concepto, desde las cuales podremos posicionarnos en condiciones de producir genuinas definiciones, independientes de las influencias tendenciosas y malintencionadas, y en pos de una necesaria y más imparcial interpretación posible.



Origen

 
   Si existe una manera rápida de obtener una aproximación al significado de una palabra, ésta sin dudas que se alcanza teniendo en cuenta tan sólo su etimología. En el caso de la Anarquía, su proveniencia nos remonta al vocablo griego ἀναρχία (anarchía), término a su vez derivado de ἄναρχος (ánarchos). Su descomposición resulta en un prefijo ‘an’ (negación, no, sin) y en la raíz ‘arquía’, que a su vez proviene del sufijo 'arkhos’ que significa gobierno, soberano o dirigente, pero cuya conceptualización es aún más compleja.
 
 



   El gobierno al que se refiere ‘arkhos’ es aquel que se encuentra legitimado por la naturaleza (para los griegos, el ‘physis’), y cabe destacar que esta aprehensión de lo natural incluye además a lo divino o sobrenatural. No obstante, ‘arkhos’ diferencia al gobierno legitimado naturalmente o por acción divina del que se constituyó mediante el ‘nomos’ (las leyes del hombre), quien a su vez se relaciona originalmente con el vocablo ‘kratos’, que se desprende de ‘cracia’ (de donde surgirá sucesivamente el término democracia). Entonces se pueden considerar dos agrupamientos de palabras que se referencian con las raíces etimológicas ‘arkhos’ y ‘kratos’:
 
  • Monarquía, oligarquía y jerarquía, entre otras, son variantes con raíz en ‘arkhos’.
  • Democracia, aristocracia y burocracia surgen de ‘kratos’ -cracia-.

   Del primer grupo, es muy importante considerar a la jerarquía, ya que es la abstracción clave para el entendimiento del concepto Anarquía. Para dirigirse a la jerarquía, en el griego se emplea el término ‘hieros’ (sagrado), por lo que se termina conformando la construcción gramatical “gobierno de lo sagrado”, que trata de una afirmación para identificar al gobierno eclesiástico, de estructura netamente verticalista. Es por eso que a la jerarquía se la asocia con las ideas de verticalidad (en oposición a la horizontalidad), prestigio (supone que existen escalas de menor jerarquía) y superioridad (capacidad de sobreponerse a los rangos inferiores), y se cree que te concede el privilegio de ser obedecido y respetado, como si la condición jerárquica convirtiera a la persona en una cuestión sagrada e incuestionable. Esta expresión de poder no sólo es propia de los gobiernos, sino que también se desarrollan en organizaciones de distintos fines, empresas, partidos políticos e instituciones educativas por ejemplos, lo que demuestra que la presencia de jerarquías es una cuestión sumamente naturalizada en nuestro sistema de vida, y por eso la organización es verticalista.
    La Anarquía, en base a sus orígenes etimológicos, puede ser entendida como una contrariedad a la jerarquía; un rechazo al gobierno sagrado que goza de prestigio para hacerse obedecer y respetar por el resto de los individuos, quienes inevitablemente están destinados sólo a acatar las directivas delegadas desde arriba. La Anarquía sería la negación de la verticalidad que, a grandes rasgos y aplicada a realidades más integradoras, se comprendería como la negación de todo gobierno. La consecuencia más próxima al proceso de desintegración de los regímenes verticalistas es una puesta en marcha de sistemas horizontales donde haya una posición de igualdad de condiciones de todos los individuos dentro de su conjunto; por eso resulta lógico que, evitando la reproducción del significado mediático, se piense a la Anarquía partiendo de la insumisión a la autoridad, el asamblearismo y las relaciones horizontales.

   Estas formas de comprender a la Anarquía como horizontalidad y antiautoritarismo, si bien las podemos hallar en pensadores, teóricos y organizaciones que la han llevado a la práctica a lo largo de la historia, en su mayoría fueron plasmadas en hechos sociales, procesos, personas y sociedades de la contemporaneidad post-Revolución Industrial. No obstante, también la encontramos en la Antigua Grecia, desde donde hemos partimos para analizar el origen de la palabra. La interpretación a citar es propia del mayor exponente anarquista de la Antigua Grecia, Zenón de Citio (342 o 333-262, 267 o 270 a.C.). Éste pensador nacido en Creta y fundador de la escuela estoica, propuso una comunidad libre sin gobierno, que sirvió de oposición al planteo utópico-estatista de Platón.

Zenón
   Zenón cuestionó la omnipotencia del Estado y su intromisión en la vida del individuo (el ente tenía el objetivo de reglamentarlo y estandarizarlo, eludiendo así que todas las personas sean distintas entre sí), mientras que defendió la ‘ley moral del individuo’ sosteniendo que la naturaleza le ha concedido el instinto social en detrimento del egoísmo que desarrolla por el instinto necesario de autodefensa. No se han conservado obras de Zenón, pero sí se conocen citas de las que se destaca la siguiente: Cuando los hombres sean lo bastante razonables para seguir sus instintos naturales, se unirán por encima de las fronteras y constituirán el Cosmos. No necesitarán ya tribunales de justicia ni policía, no tendrán templos ni cultos públicos, no utilizarán moneda alguna: habrá donaciones libres en vez de intercambios”.

  Es interesante la cantidad de coincidencias entre el pensamiento milenario de Zenón y el de pensadores anarquistas contemporáneos, con respecto a las supresiones del Estado, de las jerarquías, la moneda (hoy, supresión del salario), de las fronteras y, como variable determinante para el objeto en cuestión, de la no presencia del caos y desorden en la idea de Anarquía. La caracterización conceptual la da implícitamente porque no llega a utilizar el término tal cual es (la falta de documentos impide precisar su uso o no), aunque esto no ocurrirá hasta el año 1840 cuando Pierre Joseph Proudhon la emplee en su obra “¿Qué es la propiedad? Es decir, “Anarquía” literalmente se usó por primera vez hace apenas 175 años.

   Como se puede apreciar desde el plano etimológico y disponiendo de las ideas de Zenón, la Anarquía en su significación originaria no incluye al caos y no presume de desorden explícito, más bien constituye la falta de una autoridad superior con capacidad de ordenamiento social. Quizás la imaginación de una sociedad sin un Estado o gobierno que la regule (supuesto contrario a los intereses de las clases dominantes) sea el hecho por el que se difunda que el caos es inevitable en caso de que no exista un poder central que delegue autoridad, leyes, responsabilidades y decisiones para garantizar el orden en un conjunto de personas diferentes entre sí. Pero existen casos concretos donde se refleja que la falta de estructuras jerárquicas de poder no necesariamente conduce a un desorden.

   ¿Por qué no pensar a la Anarquía como un orden? Si es la Anarquía el orden natural de los individuos.


La Anarquía puede ser entendida como el Orden sin Autoridad.