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martes, 20 de diciembre de 2016

"Que se vayan todos"



Durante aquellos días de lucha,

Se respiraron aires de fraternidad.


Los de abajo se unieron,

Se movieron,

Para juntos en unidad

Salir a enfrentar

A un gobierno procaz.


Los de arriba temblaron,

Se atemorizaron,

En jaque estuvieron

Cuando en helicóptero

El pueblo los hizo desterrar.


Somos hijos de los caídos

En la rebelión de Diciembre,

Canalizada luego por políticos

Que nos traicionaron

Una vez más.


Que el próximo grito de furia popular,

Lleve en su memoria la historia,

Para no ser ahogado nuevamente

Por migajas que los dirigentes

Lleguen a pactar.


Que se vayan todos,

Que no vuelvan nunca más.


Gonze


martes, 13 de diciembre de 2016

"Derechos humanos"



Los derechos humanos no discriminan por raza,

Los derechos humanos no discriminan por condición social,

Los derechos humanos no discriminan por género,

Los derechos humanos no discriminan por nacionalidad,

Los derechos humanos no discriminan por ideología política,

Los derechos humanos no discriminan por color de piel;

Son los sectores acomodados,

Son los legalistas institucionales,

Son los elitistas culturales,

Son los gobiernos neoliberales,

Quienes hacen que los derechos humanos

Sean un privilegio para ricos.


Gonze


jueves, 8 de diciembre de 2016

"Cosas bonitas"



Las cosas bonitas son salvajes,

No se encuentran empaquetadas,

No adoptan etiquetas cuadradas

Ni se adaptan a los estereotipos.

Son baguales,

Ariscas,

Aman el salvajismo,

Florecen en verano,

Y sobreviven al invierno...


Las cosas bonitas son libres,

De su libertad yace la belleza

Con la que contemplan

Rostros naturales y felicidades.

Son indómitas,

Autónomas,

Genuinamente infieles.

No creen en la eternidad,

Y tampoco en la inmortalidad.


Las cosas bonitas son salvajemente libres,

Porque no pueden vivir atadas

Al pasado ni a las normas.

Las cosas bonitas son libremente salvajes,

Porque viven para corromper

Los cánones de esta sociedad.


Gonze


martes, 1 de noviembre de 2016

"Es la época del PRO"



Es la época de los PRO.


Del PRO.

De PROvidas.

De PROxenetas libres.

De PROclamas berretas.

De PROtestas reprimidas.

De PROcaces en el gobierno.

De PROgresismo de Derecha.

De PROfesionales del saqueo.

De PROfetas del libremercado.

De PROstituyentes legitimados.

De PROmotores de la indigencia

Que PROpagan hambre y pobreza.


Todo marcha muy PRO.


Gonze


lunes, 31 de octubre de 2016

"Lazos revolucionarios"





Autor: Gonze 




"Lazos revolucionarios"




I

Siempre querrán dividirnos,
Individualizarnos,
Porque es más fácil dominarnos
Si estamos distanciados.


II

A ellos les preocupa mucho
Que podamos unirnos,
Porque saben que en unidad,
Las voces son un reclamo,
El poder está en peligro,
Y la acción se convierte
En próspera transformación.


III

La historia se cambia a menudo,
No por simples insurrectos,
Sí por colectivos de individuos,
Que apuestan a cambiar
Las estructuras de este mundo.


IV

Que no te marginen
Los regímenes de poder,
Recuerda que fraccionados
Somos débiles,
Pero unidos somos pueblo,
Pueblo para la Revolución.


domingo, 9 de octubre de 2016

"Abortemos juntos"



Que el Estado aborte a la Iglesia.

Que la ciencia aborte a la religión.

Que la realidad aborte a las fantasías.

Que el Feminismo aborte a los machos.

Que el amor libre aborte al matrimonio.

Que la paz aborte a las guerras.

Que la redistribución aborte a la desigualdad.

Que la política aborte a los partidos políticos.

Que la asamblea aborte al Parlamento.

Que la autoorganizacion aborte a la burocracia.

Que la solidaridad aborte al egoísmo.

Que la concienciación aborte a la ignorancia.

Que la reflexión aborte a la desorganización.

Que la sociedad organizada aborte al Estado.

Que el pueblo aborte a sus verdugos.

Que juntos abortemos al Patriarcado.


Gonze


martes, 7 de junio de 2016

"Vida o muerte"




Autora: Voltairine de Cleyre.


Poema escrito en Filadelfia, en Mayo de 1892.



"Vida o muerte"



Un Alma, en el umbral de la Puerta, le dijo a la Vida:
“¿Qué me ofreces?” Y la Vida le contestó:
“Dolor, lucha incesante, desilusión;
Después de ello,
Oscuridad y silencio.” El Alma le dijo a la Muerte:
“¿Qué me ofreces tú?” Y la Muerte contestó:
“Al principio, lo que la Vida ofrece al final.”
Volteándose a la Vida: “¿Y si vivo y lucho?”
“Otras habrán de vivir y luchar después de ti
Teniéndolo más fácil allá donde ya hayas pasado tú”
“¿Y sobre sus luchas?” “Un lugar más sencillo ha de ser
Para otras, que aún queden por rebelarse ante el fúnebre dolor
¡De conquistar la Agonía!” “¿y qué he de hacer yo
Con todxs esas otras? ¿Quiénes son?”
“¡Tú misma!” “¿Y quiénes fueron antes?” “Tú misma.”
“La oscuridad y el silencio, también, tienen fin?”
“Terminan en luz y sonido; la paz termina en sufrimiento,
La Muerte termina en Mí, y tú debes deslizarte del
Yo
Al Yo, como la luz a la sombra y como la sombra a la luz de nuevo.

¡Elige!” El Alma, suspirando, contestó: “Viviré.”


Voltairine de Cleyre

miércoles, 6 de abril de 2016

"Los claveles rojos"




Autora: Louise Michel.

Poema escrito el 4 de septiembre de 1871, desde la prisión de Versalles.



(Dedicado a su compañero Théophile Ferré, ejecutado el 28 de noviembre de 1871)



"Los claveles rojos"


Si voy al oscuro cementerio
Hermano, tira sobre tu hermana,
Como última esperanza,
Claveles rojos en flor.

En los últimos tiempos del Imperio,
Cuando el pueblo se despertaba,
Clavel rojo, eso fue tu sonrisa
Que nos dijo que todo renacía.

Hoy día, va a florecer en la sombra
Negras y tristes prisiones.
Va a florecer cerca de la sombra cautiva,
Y dile que lo mucho que la amamos.

Dile que por lo rápido del tiempo
Todo pertenece al futuro
Que el vencedor en frente lívido
Más que el vencido puede morir.

Louise Michel

sábado, 19 de septiembre de 2015

¿Qué es la Anarquía? IV





   Hace más de un siglo Emma Goldman salía a aclarar mediante una obra realizada en conjunto con Johann Most, que “el significado de la Anarquía ha (había) sido interpretado como el estado de mayor desorden, y que es (era) así porque han (habían) enseñado a la gente que sus asuntos están (estaban) regulados, que ellos son (eran) gobernados sabiamente, y que esa autoridad es (era) una necesidad”. Hoy, con el gran desarrollo de las comunicaciones y los medios de información, esa idea errónea de Anarquía continúa siendo reproducida. Como contracara, una de las tantas formas de presentarla con una concepción distinta ha sido, es y será por la poesía.
   “Anarquía significa el amor entre los seres humanos, es justicia y amor integral en el mundo. A través de ella conocemos la solidaridad, la comunidad en la producción y en el derecho individual. Ella confiere la voluntad constructiva de una vida más bella, más digna y más armónica. Ella nos arrastra a la lucha inextinguible por un porvenir de felicidad… ¡Anarquía! ¡Palabra que confunde a los incapaces de resistir a tu luz!” Pareciera poética la caracterización que le asignó alguna vez América Scarfó, esa mujer que a sus 14 años estableció vínculos de amor con el anarquista italiano Severino Di Giovanni (tenía 11 años más que ella, casado y con dos hijos).

   Pierre Joseph Proudhon, uno de los primeros grandes teóricos del anarquismo clásico, elabora una suerte de poesía al principio de su obra “La Anarquía es el orden”, por el que se aprecian las diferencias entre Anarquía (orden social) y gobierno (guerra civil).


"Quien dice Anarquía dice negación del gobierno;
Quien dice negación del gobierno, dice afirmación del pueblo;
Quien dice afirmación del pueblo, dice libertad individual;
Quien dice libertad individual, dice soberanía de cada uno;
Quien dice soberanía de cada uno, dice igualdad;
Quien dice igualdad, dice solidaridad o fraternidad;
Quien dice fraternidad, dice orden social.
 
Al contrario:
Quien dice gobierno, dice negación del pueblo;
Quien dice negación del pueblo, dice afirmación de la autoridad política;
Quien dice afirmación de la autoridad política, dice dependencia individual;
Quien dice dependencia individual, dice supremacía de clase;
Quien dice supremacía de clase, dice desigualdad;
Quien dice desigualdad, dice antagonismo;
Quien dice antagonismo, dice guerra civil;
Por lo tanto, quien dice gobierno dice guerra civil."
 

Fragmento de "La Anarquía es el orden"
Pierre Joseph Proudhon.
 

Anarquía desde la Poesía

 


   Anarquía representada en poesías de diferentes autores.  
 
   John Henry Mackay (1864-1933) fue un poeta, pensador y escritor anarcoindividualista oriundo de Escocia -Gran Bretaña-. Una de sus poesías más conocidas se titula precisamente "Anarquía".

 
Anarquía - John Henry Mackay
 

                “Siempre despreciada, maldecida, nunca comprendida.

Eres el terror espantoso de nuestra era.

“Naufragio de todo orden”, grita la multitud,

“Eres tú y la guerra y el infinito coraje del asesinato.”
 

Oh, deja que lloren. Para esos que nunca han buscado La verdad que yace detrás de la palabra,

para ellos la definición correcta de la palabra no les fue dada. Continuarán ciegos entre los ciegos.
 

Pero tú, oh palabra, tan clara, tan fuerte, tan pura,

tú dices todo lo que yo, por meta he tomado.

¡Te entrego al futuro! Tú estarás segura

cuando uno, al final, por sí mismo, despierte.
 

¿Vendrá en la solana del atardecer?

¿En la emoción de la tempestad?

No puedo decirlo, ¡pero la Tierra la podrá ver!

¡Soy anarquista! Por lo que no gobernaré,

y ¡tampoco seré gobernado!

 
   Émile Armand (1872-1962) fue un activista anarcoindividualista pacifista y célebre escritor del amor libre y la camaradería amorosa. Teorizó sobre la sexualidad y la libertad sexual en varias de sus producciones. Del libro ‘Realismo e idealismo mezclados’ (Ppublicado en París -Francia- en el año 1926) se extrae la poesía “Soy la Anarquía” que culmina con una frase característica de Émile Armand.
 


Soy la Anarquía - Émile Armand

Ni necesito ni deseo vuestra disciplina. En cuanto a mis experiencias, quiero hacerlas yo misma.

Es de ellas y no de vosotros de donde sacaré mi regla de conducta. Quiero vivir mi vida.

Me inspiran horror los esclavos y los lacayos.

Detesto a quien domina y me repugna quien se deja dominar.

El que consiente en inclinar la espalda bajo el látigo no vale más que el que lo azota.

Amo el peligro y me seduce lo incierto, lo imprevisto. Deseo la aventura y me importa un cuerno el éxito.

Odio vuestra sociedad de funcionarios y administrados, millonarios y mendigos.

No quiero adaptarme a vuestras costumbres hipócritas ni a vuestras falsas cortesías.

Quiero vivir mis entusiasmos en medio del aire puro de la libertad.

Vuestras calles trazadas con regla me torturan la mirada, y vuestros edificios uniformes hacen hervir de impaciencia la sangre de mis venas. Ignoro a donde voy. Y esto me basta.

Sigo derecho mi camino, a tenor de mis caprichos, transformándome sin cesar, y no quiero ser mañana semejante a como soy hoy.

Deambulo y no me dejo esquilar por la tijera de un comentador único. Soy amoral.

Sigo adelante, eternamente apasionada y ardiente, entregándome al primer hombre que se me aproxima, al caminante harapiento, pero no al sabio grave y engreído que quisiera reglamentar la longitud de mis pasos.

Ni al doctrinario que quisiera suministrarme fórmulas o reglas.

Yo no soy una intelectual; soy una mujer.

Una mujer que vibra ante los impulsos de la naturaleza y las palabras amorosas.

Odio toda cadena y toda traba, me encanta pasear desnuda dejando acariciar mis carnes por los rayos del sol voluptuoso.

Y, ¡oh anciano!, me importa muy poco que vuestra sociedad se rompa en mil pedazos con tal que yo pueda vivir mi vida.

-¿Quién eres tú, muchachita sugestiva como el misterio y salvaje como el instinto?

-Soy la Anarquía.

 
   André Breton (1896-1966) fue un escritor, poeta y ensayista contemporáneo de origen francés. Es considerado el fundador y mayor exponente del movimiento artístico del Surrealismo. Participó activamente del periódico semanal ‘Le Libertaire’ de la Federación Anarquista Francesa, cuyo inicio de publicaciones data de septiembre de 1951. Una breve poesía de su autoría trata sobre la Anarquía, se titula “La luminosa Torre”, y fue publicada en la edición del día 11 de enero de 1952.

 

La Luminosa Torre - André Breton
 
   “Fue en el negro espejo del anarquismo que el surrealismo se reconoció por primera vez, mucho antes de definirse a sí mismo y cuando apenas era asociación libre entre individuos, despreciando espontáneamente y en bloque las opresiones sociales y morales de su tiempo. Entre las fuentes de inspiración donde abrevamos, en esa posguerra de 1914, y cuya fuerza de convergencia era a toda prueba, figuraba el final de la Balada de Solness, de Laurent Tailhade:
 
 
Golpea nuestros corazones en desbandada, en harapos
¡Anarquía! ¡Oh, portadora de luz!
¡Expulsa la noche! ¡Aniquila los gusanos!
Y levanta al cielo, aunque sea con nuestros túmulos
¡La luminosa torre que sobre el mar domine!

 
 
   En ese momento, la impugnación surrealista es total, absolutamente negada a dejarse canalizar en el plano político. Todas las instituciones sobre las cuales reposa el mundo moderno y que acababan de dar su resultante en la Primera Guerra Mundial son tenidas como aberrantes y escandalosas por nosotros. Para comenzar, es contra todo aparato de defensa de la sociedad que luchamos: ejército, "justicia", policía, religión, medicina mental y legal, enseñanza escolar. Tanto las declaraciones colectivas como los textos individuales del Aragon de antaño, de Artaud, Crevel, Desnos, del Eluard de otrora, de Ernst, Leiris, Masson, Peret, Queneau y yo mismo, atestiguan la voluntad común de hacer que fuesen reconocidos como flagelos y, como tales, combatirlos. Sin embargo, para combatirlos con algún chance de éxito, es preciso todavía atacar su armadura, que, en último análisis, es de orden lógico y moral: La pretendida "razón" en uso es una etiqueta fraudulenta, recubre el "sentido común" más desgastado, y la "moral" falseada por el cristianismo, con el objeto de desalentar cualquier resistencia contra la explotación del hombre.
   Un gran fuego se elevaba sobre esas brasas - éramos jóvenes - y debo insistir en el hecho de que constantemente se avivo para liberarse en la vida y obra de los poetas:
 
¡Anarquía! ¡Oh, portadora de luz!
 
   Esos poetas fueron Tailhade, Baudelaire, Rimbaud, Jarry, que todos nuestros jóvenes camaradas libertarios deberían conocer; así como también deberían conocer a Sade, Lautreamont, o el Schwob del Libro De Monelle.
   ¿Por qué no pudo ocurrir en ese momento una fusión orgánica entre elementos anarquistas, propiamente dichos, y elementos surrealistas? Todavía me lo pregunto 25 años después. No cabe duda que la idea de eficacia que fue el espejo de toda esa época decidió de otra forma. Lo que se consideró como el triunfo de la revolución rusa y la realización de un Estado obrero provoco un gran cambio de visión. La única sombra del cuadro - que se precisaría como mancha indeleble - residía en el aplastamiento de la insurrección de Kronstadt, en marzo de 1921. Nunca los anarquistas consentirían en aprobar esto. Entre tanto, hacia 1925, solo la III Internacional parecía disponer de los medios deseados para transformar el mundo. Podría creerse que los signos de degeneración y de regresión ya fácilmente observables en el Este aun eran conjugables. Los surrealistas vivían, entonces, en la convicción de que la revolución social extendida a todos los países no podía dejar de promover un mundo 'libertario' (algunos decían un mundo surrealista, pero es la misma cosa). Todos, inicialmente, lo apreciaron de esa forma, incluso aquellos (Eluard, Aragon, etc.) que en seguida, desistieron de su ideal primero hasta el punto de hacer en el stalinismo una carrera envidiable (a los ojos de los mercaderes). Más el deseo y la esperanza humanas jamás podrán estar a merced de aquellos que traicionaron:
 
¡Expulsa la noche! ¡Aniquila los gusanos!
 
   Se conoce muy bien que incrédulo pillaje fue hecho de estas ilusiones durante el segundo cuarto de siglo. Por una terrible ironía, al mundo libertario con el cual se soñaba lo suplanto un mundo donde la más servil obediencia es de rigor, donde los derechos más elementales son negados al hombre, donde toda la vida social gira en torno a comisarios y verdugos. Como todos los casos en que un ideal humano llega a este cumulo de corrupción, el único remedio es regenerarse en la gran corriente sensible donde se originó, (remontar a los principios) que le permitieron constituirse. Es en el propio confín de esta marcha, hoy más necesaria que nunca, que se encontrara el anarquismo, solamente el - no más esa caricatura que nos presentaron o la cosa hedionda que hicieron de el -, pero aquel que nuestro camarada Fontenis describe "como el propio socialismo, esto es, esta reivindicación moderna por la dignidad del hombre (tanto su libertad como su bienestar); el socialismo, concebido no como la simple resolución de un problema económico o político, sino como la expresión de regiones exploradas en su deseo de crear una sociedad sin clases, sin Estado, en que todos los valores y aspiraciones humanas se puedan realizar." Esta concepción de una rebelión y una generosidad indisociables una de otra, y, a despecho de Albert Camus, ilimitable (tanto una en cuanto la otra), los surrealistas la hacen suya, hoy, sin reservas. Liberada de las brumas mortales de estos tiempos, la consideramos como la única capaz de hacer resurgir ante ojos cada vez más numerosos”:
 
¡La luminosa torre que sobre el mar domine!

 


Tres poetas de la Anarquía.