domingo, 19 de abril de 2015

Etnocentrismo: Dialéctica entre 'nosotros' y 'otros'


   En un mundo cada día más polarizado, donde el egoísmo y las posiciones parcializadas de la realidad conjugadas diametralmente en torno al ‘nosotros’, aumentan en la consideración de la población en desmedro de la interpelación a sujetos terceros para la construcción de perspectivas más amplias de los hechos, las opiniones y prácticas racistas se consolidan como una manera normalizada de expresión hacia el ‘otros’. Como síntesis, los argumentos para defender la postura pasan a un segundo plano, y lo que se aprecia como influencia determinante, es la propiedad de la misma.
   El debate es estéril. Las ideologías, los principios de diferencia entre personas. Las diferencias, la antítesis al uso del sistema etnocentrista. Las telecomunicaciones y el caudaloso flujo de información, que podrían contribuir a la homogeneización de los intereses por sociedades más empáticas, por el contrario, agravan la situación al dejar al descubierto las raíces de las contradicciones que existen entre las ideas y prácticas de las personas. Etnocentrismo, un indicador fehaciente del encierro en la burbuja individualista que sufre el ser humano en esta etapa de la historia contemporánea, precisamente en los inicios del siglo XXI, será el blanco a discriminar en estos párrafos.

¿Qué expresaría, aproximadamente, el concepto de ‘etnocentrismo’?

Segregación del 'otro'.
   Todos los individuos poseemos definiciones personales, y por eso distintas entre sí, de los procesos y conceptos. Sin embargo, aquellos que encuentran mayor aceptación por la sociedad científica, tienden a generalizarse en el uso cotidiano. Por ejemplo, las definiciones que determina la RAE -Real Academia Española-. Ente que trata de “Tendencia emocional que hace de la cultura propia el criterio exclusivo para interpretar los comportamientos de otros grupos, razas o sociedades.”, al concepto de “etnocentrismo”.
   A su vez, el término fue desarrollado primitivamente a principios del siglo XX por William Sumner, un sociólogo pacifista estadounidense que lo definió como “la forma de ver las cosas en la que el propio grupo es el centro de todo y todos los demás grupos son ordenados y evaluados en relación a él.” Ambas definiciones coinciden en que una postura etnocentrista implicaría la visualización e interpretación de los hechos, costumbres o discursos de otros grupos de personas, desde el punto de vista adoptado por el conjunto cultural al que pertenecemos. En otras palabras, el etnocentrismo representaría la negación de la tesis y praxis del sujeto ‘otros’, mediante los parámetros y herramientas disponibles por el ‘nosotros’, las cuales permiten justificar la superioridad sobre los elementos constituidos por ‘otros’.


   He aquí donde surge la dialéctica entre los dos sujetos plurales a comprender: 'nosotros' y 'otros'.
 

Dialéctica entre 'nosotros' y 'otros'

 
   La dialéctica del materialismo histórico planteada por Marx puede servir de referencia para la interpretación de la dialéctica del etnocentrismo entre ‘nosotros’ y ‘otros’. La lucha de clases deviene de un entramado histórico donde la autorrealización del ser estuvo determinada por la posesión de los medios de producción. La burguesía niega la existencia de la producción del proletariado, ya que éstos se encuentran en la reproducción permanente del proceso de enajenación del trabajo. En un sistema etnocentrista, por su parte, también divergen dos pensamientos opuestos, se disputan la posesión de la interpretación más cercana de la realidad y luchan entre sí, para el dominio de unos contra otros en la reproducción del practicismo con respecto a teorías y valores.
   Durante la etapa de colonización de la gran mayoría de los pueblos originarios de Latinoamérica, la obligatoriedad de su cristianización y el asesinato de quienes se oponían a las reglas provenientes de Occidente, sirven de ejemplo histórico para entender las consecuencias que puede generar un sistema de pensamiento etnocentrista.
   Sin representar innovación alguna para la Humanidad. Un bastión genuino del pensamiento occidental. Desde la imposición de los ideales de la civilización y el progreso por sobre la barbarie y el folklore, hasta la ejecución de miles de personas que cuestionaron la autoridad y legitimidad de los proveedores de la verdad absoluta. Xenofobia, racismo, arrogancia. Abstracciones resultadas del dualismo entre ambos sujetos.
   El ‘nosotros’, por lógica, sufre contradicciones y cuestionamientos internos. Lapsos de empatía, rebeldía de sus integrantes o parcial rechazo al sistema de análisis sobre el ‘otros’. También lo sufre el ‘otros’, que al mismo tiempo, puede llegar a desarrollar un sistema etnocentrista reaccionario y, que nos recuerda la célebre frase “ojo por ojo, diente por diente”, aplicable en la justicia sumeria, como Ley del Talión que se desprende del conjunto de normas del Código de Hammurabi.
 
Las "supersticiones" indígenas fueron invaloradas por los europeos cristianizadores.
 
 
   El relativismo cultural es una técnica de estudio antropológico que los profesionales utilizan para impedir practicar el pensamiento etnocentrista. Éste trata de la comprensión empírica de los hechos y observaciones de una cultura distinta, bajo los valores utilizados por el conjunto analizado. Sin embargo, no es amplio el número de individuos que lo desarrolla fuera de la empresa profesional.
   Defender nuestros valores, creencias, ideas políticas o letras no debería anticipar la desacreditación de las exposiciones, pensamiento y prácticas culturales de otras personas. Podemos convivir con otros, sin recurrir a la violencia. La discusión debe ser un punto intermedio para la aceptación, pese a no compartir las interpretaciones de los postulados, otras visualizaciones distintas a las propias.
   ‘Ponerse en lugar del otro’. Desafiar a la normativa tendencia de segregar al distinto.
 

Miles de naciones y culturas existen en el mundo. Respetemos cada uno de sus valores.