La crisis que sufre el país helénico no es repentina. En 2014, la
deuda pública ascendía a 317.094 millones de euros, lo que representaba un 177,10%
del PIB; mientras su deuda per cápita era de 28.867 € -euros- por habitante. Los
320.000 millones de euros de deuda pública que Grecia no está en condiciones de
pagar, motivo por el cual se cesaron los préstamos de emergencia otorgados por
la Unión Europea, no han sido contraídos en los últimos meses sino desde
comienzos de este milenio.
Desde 1999, el país gastó más dinero del que produjo,
financiando el gasto extra mediante préstamos. Entre aquel año y 2007, el gasto
público aumentó un 50% y, sumado a una creciente corrupción y múltiples
situaciones de evasión fiscal, provocaron un déficit superior al 3% del PBI.
Muchos de los préstamos no fueron declarados por los gobiernos griegos a la Eurozona, por lo que se contrajo un 180% de deuda pública respecto del PBI, cuando el límite
propuesto por la organización supranacional es un 60%.La crisis financiera global de 2008 provocó una gran reducción del crédito, provocando la intervención de países de la Eurozona en la situación de Grecia por temor a la cesación de pagos de los préstamos ya consumados. Por este motivo comenzó la ayuda financiera a Grecia; con paquetes de 110.000 millones de euros en mayo de 2010 y un segundo de 240.000 millones de euros, entregados al gobierno griego de George Papandreou bajo la aceptación de implementar medidas de austeridad caracterizadas por recortes en el gasto público, aumento impositivo y reformas en las pensiones y mercado laboral. El dinero fue utilizado para pagar fracciones de la deuda a bancos e inversores extranjeros mientras la economía se redujo en un 25% desde la concreción de los primeros préstamos, haciéndola más dependiente al capital extranjero, y en desmedro de la situación socioeconómica de la población griega, cuyos índices de pobreza e indigencia aumentaron desde la entrada al neoliberalismo del Siglo XXI o "período de austeridad”.
Pese a los rescates financieros y al discurso antineoliberal de Syriza, el escenario más crítico en el que se halló la economía griega se contempló en su gestión, en la noche del pasado 30 de junio, cuando Grecia no efectuó el pago de 1.500 millones de euros adeudados al FMI -Fondo Monetario Internacional-. La cesación de pagos, que no fue causada por voluntad del gobierno, persiste desde entonces.
Referéndum
El domingo 5 de julio pasado, con los bancos cerrados y un estricto control de capital por parte del gobierno, el
Ministerio del Interior informaba que el 61% de los votantes del referéndum
optaban por el “NO” frente al 39% que eligieron el “SI”, del 62% del total
de los censados con posibilidad de votar, que finalmente participaron activamente
de la elección. De esta manera, se confirmaba el contundente rechazo del pueblo
griego hacia la propuesta de rescate financiero que los acreedores de la
Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional
agrupados en el Eurogrupo o “Troika”, habían presentado el 25 de junio.
Esta propuesta pretendía continuar con la aplicación de
políticas de austeridad en el país helénico que actualmente sufre la peor Tasa
de Desempleo de la Unión Europea con el 26% la cual entre los jóvenes, ya supera el
60%. Básicamente, el acuerdo presentado por la Troika buscaba una ampliación de
la base del IVA, una importante reducción los retiros anticipados y recortes en el gasto público, mientras que los
acreedores demandarían una mayor cantidad de acciones para así reducir la
evasión fiscal y la corrupción.El resultado del referéndum fue secundado por la renuncia del ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, quien justificó su dimisión con la necesidad de facilitar una nueva negociación. También renunció el ex primer ministro griego entre 2012 hasta este año, Antonis Samaras, como consecuencia de la derrota del “SI”, quien fuera líder de Nueva Democracia, partido conservador opositor a Syriza.
Alexis Tsipras, primer ministro y líder de Syriza, luego de la votación había expresado que ”el mandato que me han dado no es un mandato contra Europa, sino un mandato para encontrar una solución sostenible con Europa que nos saque del círculo vicioso de la austeridad", con lo cual se evidenció la disidencia con el planteo de los líderes de las potencias europeas, como Angela Merkel, quienes sostenían que la elección ponía en juego la continuidad o no de Grecia en la Eurozona.
Sin embargo, ¿Qué sucedió en el recorrido de los días entre aquel domingo 5 de julio y hoy, 16?
Cesión a las presiones de la Troika y traición al pueblo griego
Luego de varios días de conversaciones entre el gobierno de Syriza y sus socios de la Troika, comenzó la entrega de los restos de dignidad, soberanía y esperanza que aún tenían la sociedad, de la que millones de habitantes habían confiado en el discurso anti-austeridad y anti-memorándum con el que este partido de izquierda reformista había alcanzado el poder.
Afrontando una situación de corralito (se limitan los retiros bancarios a un máximo de 60 euros por día por la falta de capital), y temeroso de que los recursos económicos se acaben, el gobierno griego le propuso a sus acreedores internacionales un plan de rescate financiero que incluirá una serie de medidas de recorte, como un fuerte aumento en los impuestos y reducción de pensiones. Los objetivos son el recibo de un auxilio financiero por 53.500 millones de euros y la esperanza que mantiene el gobierno de que se inicie una reestructuración de la deuda original. Al mismo tiempo, el Parlamento aceptaría parte de las humillantes condiciones que el pueblo griego había rechazado en el referéndum, por lo que ésta muestra que supo ser democrática no estaría siendo respetada.
Hoy la burocracia política de Grecia reunida en el Parlamento aprobó las medidas de austeridad que impondrá la Unión Europea sobre la población griega, durante los próximos meses a cambio del tercer rescate económico desde el percibido en mayo de 2010. Los diputados que votaron a favor fueron 229 de los 300; una amplia mayoría que incluye a políticos conservadores, liberales y socialistas, pese a que 39 parlamentarios de la facción de Syriza votaran en contra del propio programa de reformas neoliberales y entreguistas de Alexis Tsipras. Como consecuencia de la aprobación, renunció la viceministra de Finanzas, Nadia Valavani, quien definió al pacto como un "capitulación"; y también dimitieron los secretarios generales de los ministerios de Finanzas y Seguridad Social.
Tras el acto de aceptación del parlamento griego a las presiones de la Troika, los socios del Eurogrupo han alcanzado un principio de acuerdo para llevar al cabo la idea de la Comisión Europea de desembolsar 7.000 millones de euros en las próximas horas para socorrer a la economía griega debilitada por el corralito, la insolvencia, y con una urgente necesidad de ingreso de capital extranjero (mediante préstamos) para seguir pagando la deuda a inversores privados y continuar en la Eurozona, como así lo pretende su gobierno.
Mientras hoy se aprobaban las medidas de austeridad, manifestantes se enfrentaban con la policía. |
La respuesta del pueblo griego, desde las manifestaciones de
2011, ha sido salir a las calles a protestar contra cada violación de sus
derechos soberanos y dignidad arrebatada por gobiernos incapaces de encontrar
soluciones evitando ajustes por sobre los ajustes que ya han sufrido los
trabajadores, la educación y salud públicas, jóvenes y estudiantes, estos últimos más gravemente.
Proyectiles rudimentarios, como piedras o botellas de vidrio, y cócteles molotov -bombas
caseras- son empleados por los manifestantes contra la policía que, como su
esencia lacaya y conservadora lo indican, tratan de mantener el orden con
represión y aprehensión, incluso en momentos tales donde se está entregando la
voluntad de todo un pueblo, más allá de la explotación diaria.Una vez más, como siempre ha sucedido en la historia, los gobiernos entregan a sus poblaciones al capital extranjero. Syriza, un reformismo de izquierda, ni siquiera respetó la decisión tomada por el pueblo griego en el referéndum del 5 de julio. Traicionó, aceptó el ajuste promocionado por la Troika y, para ello, tuvo que conciliar con toda clase de ideología política dentro del Parlamento.
Manifestantes echando a un policía represor. |