¿Qué nos enseñan?
Desde que se construyó que nuestro
sistema educativo se encuentra subordinado a los intereses de las clases
dominantes. El objetivo de la escuela primaria no pasa de formar seres que al
terminar sus estudios, y en su mayoría, van a volver a subordinarse. Pero esta
vez, a un patrón, incuestionable y dueño, por un lado, de la verdad y, por el otro, de nuestra suerte.
Primer
día de clases en la escuela primaria: compañeritos nuevos, compañeritas nuevas,
sonrisa perturbadora en la cara, felicidad de los papis, la tía regalona con
unos chupetines de recompensa. O quizás ya estemos en 6º. Último año de
primaria, amigos desde hace años, profesores con caras conocidas, la
bandera a la que le juramos lealtad flameando desde donde siempre lo ha hecho.
A la escuela
primaria se la transcurre durante nuestros primeros años de afianzamiento de
conceptos, aceptación y aplicación de reglas que, muchas veces, aceptamos por
acción y efecto de lo que realiza el grupo al cual nos integramos. Nuestro
primer grupo de pertenencia dentro del marco institucional educativo, que
debería ser seguido por el secundario y el terciario o universitario, en
condiciones aptas para el desarrollo profesional de una sociedad cuidada.No obstante, más allá de las posibilidades y tiempos de estudios promedio de los y las alumnas de nuestro país, centrémonos en la enseñanza a grandes rasgos, que se ejecuta desde la curricular conformada por el Ministerio de Educación hasta la explicación de esos temas por parte de los y las maestras que, por un sueldo precario, deben subordinarse al índice académico proclamado por el gobierno provincial dependiente directamente del gobierno nacional.
¿Qué nos enseña
la escuela primaria? Destaco que necesitamos una base común para poder
emprender el extenso recorrido de la escuela secundaria, los contraturnos
agobiantes, amplios apuntes, el aumento en el número de materias y los nuevos
conceptos. Sin embargo, con el correr de los años, vemos que los alumnos y
alumnas aprenden lo que se les dice que deben aprender. La escuela primaria
sigue formando alumnos y alumnas que mantienen la creencia de que Cristóbal
Colón fue un pacifista que hizo “negocios” con los indios americanos y que
“descubrió América”, que Domingo Sarmiento fue un progresista popular “padre de
la educación”, que el hombre que aparece en los billetes violetas fue un prócer
argentino de intachable reputación y sentido nacional, pero jamás se oye la
palabra “revolución”, por ejemplo. Ni hablar de la educación bancaria
eclesiástica.
Además de los conceptos
que se apropian en la escuela primaria, caben destacarse ciertos aspectos
formadores de seres sumisos y obedientes: con seria tradición pavloviana se
emplea el timbre como mecanismo de inicio o finalización de la hora; se forma
fila, se saluda a la bandera y se desfila al mejor estilo de un ejército
fascista; dentro de la clase, sólo habla el profesor hasta que éste disponga la
posibilidad de que alguno de sus enseñados participe de la clase, prácticamente
no existe debate grupal y, en pocas palabras, sirve de fábrica de individuos sumisos sin cara propia como bien lo
hemos visualizado en la ya célebre película “Pink Floyd The Wall”.
Las niñas y niños se ven sometidos a un
sistema educativo bancario pensado por la propia burguesía hegemónica que
negocia con la burocracia nacional para el mantenimiento de un sistema que te
da pocas chances de progresar y muy pocas de cambiarlo. Como lo ha definido ya
antes Louis Althusser, el colegio es un Aparato Ideológico del Estado para
dominar a las masas, privarlas de una educación libre y libertaria. Por eso,
por el hecho de que no van a permitirla jamás, es que debemos luchar
conjuntamente con nuestros maestros y nuestras maestras por una educación
pública, laica, de calidad y libertaria, donde podamos encontrar refugio y la
alternativa al modelo capitalista de explotación del Ser Humano por el Ser
Humano.
Como en "Pink Floyd The Wall", la escuela primaria forma una pasta compacta de mentes cerradas. |