Mujer que lucha contra el sistema capitalista y patriarcal, es mujer que emprende una consigna proclamada a principios del siglo XX, por la “Luisa Michel rosarina”, como la definió Juan Bialet Massé en 1904, a la anarcofeminista argentina Virginia Bolten. ‘La mujer no debe estar atada ni a un Dios, ni a un patrón, ni a un marido’; célebre frase que invita a reflexionar sobre la situación de doble, y si se quiere triple, explotación que sufren las mujeres desde tiempos remotos. Opresión a cargo de la religión y la iglesia por un lado, los patrones por otro y los hombres que, en conjunto, mantienen al Patriarcado.
Hija de un alemán que, a mediados del siglo XIX se exilió en
Chile, y de Dominga Sánchez, hija del estanciero de quién fuera peón el
padre de Virginia. Ella nació el 26 de diciembre de 1876 en San Luis; y tuvo
tres hermanos, Dominga, Enrique y Manuel.
La infancia fue dramática. Sus padres se separaron y
emigraron ambos, cuando los hijos aun eran adolescentes. Ellos quedaron en el
campo, aunque tiempo después también decidieron emigrar. Virginia se instaló en
la zona norte de Rosario, en el actual barrio Refinería ubicado en los
alrededores de la Refinería Argentina de Azúcar, una planta industrial
inaugurada en 1889, que abrió miles de puestos de trabajo. A uno de éstos
accedió Bolten, y fue a partir de su experiencia obrera en la refinería (precisamente
por las pésimas condiciones laborales, la discriminación y la explotación
sufridas), que comienza a engendrar un espíritu crítico y combativo (se opuso
permanentemente a la patronal, alentaba a sus compañeros para que se
organizaran en reclamo por sus derechos y fue detenida por distribuir
propaganda anarquista en 1890), que años después se acoplará a una gran
capacidad oratoria, constituyendo una de las voces más representativas entre las
mujeres oprimidas.
Trabajó durante 15 años en Rosario, donde
también se desempeñó como aparadora de calzados, y fue entonces que contrajo matrimonio
con Manuel Manrique, quien era un activista anarquista uruguayo del gremio de
zapateros. Tuvieron tres hijos, María Milagra Zulema nacida en 1896, Urano
Líber, nacido probablemente en 1898 y Acracia, de quien no se han obtenido
más datos.
Lucha
Virginia Bolten se desempeñó en el plano teórico colaborando
con distintos diarios e incluso produciendo el propio, en la difusión de las
ideas anarcofeministas y, por supuesto, en la práctica de la militancia por la
liberación de la mujer y de los oprimidos. Praxis que la condenaron al despido
de la refinería, a la represión y a la cárcel en reiteradas ocasiones (en
noviembre de 1900 por repudiar una congregación católica, por ejemplo), y al
exilio hasta su muerte, en Uruguay.
'Ni Dios, ni patrón, ni marido' fue el eslogan de La Voz de la Mujer. |
Entre el 8 de enero de 1896 y el 1 de enero de 1897, publicó las nueve ediciones de ‘La Voz de la Mujer’, el primer diario anarcofeminista de la Argentina y que era solventado con parte del sueldo que recibía de su oficio con los zapatos. En estas ediciones denunciaba la explotación de los trabajadores, y se aquí plasmaba sus ideas radicales de tendencia libertaria y los lemas que tiempo más tarde, serían empleados por mujeres y hombres para embanderar sus luchas.
Entre 1899 y 1900 escribió para el diario ‘La Protesta
Humana’, incluyéndose un texto de doctrina al que tituló "¿Por qué somos anarquistas?".
También publicó artículos en el diario anarcofeminista de Juana Rouco Buela ‘La
Nueva Senda’, y en un mensuario de la comunidad danesa que se editaba en Tandil.
El 20 de octubre de 1901, luego de que sea asesinado por la
policía Cosme Budislavich, la corresponsalía del diario El País le pidió los
detalles del suceso a Bolten por su capacidad oratoria; algo que en la época
era impensado, ya que la cobertura de noticias y la prensa en general, eran
instrumentos al servicio de hombres. Dicha ocasión la llevó a que se refugiase
en Montevideo durante unos meses, donde participó de varios actos, entre ellos,
el Día Internacional de los Trabajadores, y desde donde denunció la ‘Ley de
Residencia’ impuesta por el gobierno argentino y a la represión. Ese mismo
año, en Rosario dirigió la huelga de chóferes del tranvía.
Para 1904 participó del Comité de Huelga Femenino, organismo
dependiente de la FORA (Federación Obrera Argentina), y jugó un papel
determinante al liderar a los trabajadores del Mercado de Frutos de Buenos
Aires, aunque aquella lucha ocasionara alto deterioro físico en ella. En 1905,
Bolten y Manrique fueron arrestados conjuntamente con otros anarquistas; todos
buscados por la policía por tratarse de ‘personas peligrosas, y en estado de
vigilancia’. A Manrique se le aplicó la Ley de Residencia por lo que tuvo que
exiliarse en Uruguay junto con sus hijos, mientras que Virginia Bolten
permaneció en Buenos Aires. Perteneció al Centro Femenino Anarquista en 1907, y
desde allí participó en la huelga de inquilinos, por lo que fue nuevamente arrestada
y deportada a Uruguay, ya que se le aplicó la Ley de Residencia por haber
fingido ser oriunda de ese país. Ya en Montevideo se reunió con Manrique
y sus hijos.
Vivió un breve tiempo en Tandil, en donde el primero de mayo
de 1908 dedicó su discurso a los varios miles de obreros anarquistas de las canteras,
que estaban ubicados en la Plaza de las Carretas. La concentración fue rápidamente
reprimida por la policía, lo que ocasionó presos y heridos por el enfrentamiento.
Desde Uruguay trató de solidarizarse con los reprimidos
argentinos del primero de mayo de 1909, triste jornada en la que el aparato
represivo a cargo de Ramón Falcón asesinó a alrededor de diez obreros. En su
contra, Bolten organizó protestas desde otro lado del Río de La Plata. Además
organizó a un grupo de mujeres ateas, a operadoras de teléfonos y boicoteó al movimiento
sufragista femenino. En territorio oriental, apoyó las políticas del régimen político
uruguayo del reformista José Battle y Ordoñez; por lo que algunos historiadores
definen ideológicamente a Virginia Bolten, y al grupo de anarquistas que la
segundaba, como anarcobattlista. Esta tendencia es una contradicción muy
resistida dentro del libertarismo, ya que las reformas legales de este gobierno
se inscribían bajo la democracia burguesa, de tipo estatal. Paradójicamente, en julio de 1913, los órganos de prensa socialista del régimen battlista acusaron a Virginia Bolten de haber traicionado a la clase
obrera.
Formó parte del Centro Internacional de Estudios
Sociales, una agrupación libertaria, en Montevideo hacia 1923.Mito
Se dice que Virginia Bolten denunció la muerte del primer
trabajador asesinado por participar de una huelga en Argentina.
Por otra
parte, el diario La Capital del 2 de mayo de 1890 narró el acto del primero mayo por el Día Internacional de los
Trabajadores llevado al cabo en Plaza López, Rosario, en honor a los Mártires
de Chicago, y destacó que una joven lideraba la columna de personas, llevando
consigo una bandera negra con letras rojas que decía: ’Primero de Mayo, Fraternidad Universal. Los trabajadores de Rosario
cumplimos las disposiciones del Comité Obrero Internacional de París’ y,
que luego de efectuar un discurso revolucionario, difundió propaganda
anarquista entre los presentes, por lo que fue detenida bajo el cargo de
atentar contra el orden social.
Esto implicaría que Virginia Bolten ha sido la
primera mujer oradora en un acto de trabajadores.
Como contraposición a esta versión, fuentes actuales
elaboradas por un grupo de investigadores integrado por la rosarina Agustina
Prieto, la bonaerense Laura Fernández Cordero y el montevideano Pascual Muñoz,
concluyen en que es poco probable que aquella historia sea real, ya que
Virginia Bolten tenía apenas 13 años (dato precisado por su partida de
nacimiento, hallada recientemente en Baradero). Esta nueva versión se suma a la
nacionalidad (antes se creía que era uruguaya) y al temprano acercamiento a las
ideas anarquistas (dentro de la documentación encontrada, aparece la partida de
bautismo como católico de su primera hija, que data de 1896, seis años después
de su supuesta intervención en el acto en Plaza López).Tan sólo existen tres fotos de esta luchadora incansable por el feminismo y el anarquismo. Pero más allá de las ideologías, Bolten dio clase de lucha contra el sistema capitalista y el Patriarcado. Pese a que no tengamos a disposición demasiadas imágenes suyas, sí podemos apreciar sus escritos y, gracias a testimonios de familiares e información recopilada de diarios de la época, se puede reconstruir la vida de la muchacha que quería cambiar para siempre la vida de las mujeres.
Los últimos años de Virginia Bolten se vieron envuelto en el olvido de las sociedades por su persona, y del alejamiento de las grandes masas trabajadoras de los ideales anarquistas, así como de las mujeres de los ideales feministas. Falleció a los 83 años de edad en 1960, en el barrio de Manga, en Montevideo, donde pasó sus últimas décadas.