lunes, 17 de agosto de 2015

Elecciones Argentina 2015: El legado de Menem





   El domingo 10 de agosto se llevaron a cabo las elecciones presidenciales PASO (Siglas de Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) en territorio argentino. Como preveían los sondeos previos, los tres candidatos más votados fueron el ex motonauta y peronista Daniel Scioli (FPV - Frente para la Victoria), quien representó al Kirchnerismo por el oficialismo, el empresario neoliberal Mauricio Macri (PRO en el Frente Cambiemos) y el socio del narcotráfico en Argentina, el peronista Sergio Massa (Frente Renovador en Una Nueva Alternativa). Son los únicos que poseen posibilidades netas de ganar las elecciones generales que se celebrarán en el mes de octubre.
   También superaron el piso del 1.5% como mínimo en las PASO, Margarita Stolbizer (Frente Progresistas), Adolfo Rodríguez Saá (Compromiso Federal) y Nicolás del Caño (Frente de Izquierda y de los Trabajadores). Muchos precandidatos quedaron relegados, y con ellos sus propuestas políticas, producto de la función proscriptiva que cumple esta instancia electoral caracterizada por impedir la participación en las elecciones generales de todos aquellos partidos políticos que no alcanzan el 1.5% de los votos en las PASO.



La elección real

 
   Si analizamos los porcentajes obtenidos por los tres precandidatos a presidente más votados considerando solamente los casi 22.000.000 de electores que votaron positivamente (exceptuando el voto en blanco o impugnado), los mismos serían los siguientes:


1) Daniel Scioli (FPV) - 8.424.749 votos - 38.41%

2) Mauricio Macri (PRO/Cambiemos) - 5.325.990 votos - 24.28%

3) Sergio Massa (FR/UNA) - 3.121.589 votos - 14.23%


   El Frente Cambiemos en total, adjuntando los votos logrados por Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió, logró el 30.07%, mientras que el frente UNA, sumando los votos de Sergio Massa y los de José Manuel de la Sota llegó a obtener el 20.63%.
   Ahora bien, si se llegase a tener en cuenta la totalidad de habilitados para votar, los porcentajes anteriormente explicitados se reducirían drásticamente. Estos datos que representarían la elección “real" le restan apoyo y legitimidad a todos los candidatos.

   El padrón nacional constó de 32.037.323 personas argentinas y extranjeras inscriptas para votar. El 31% directamente no acudió a votar mientras que 989.823 votaron en blanco, hubo 248.287 votos nulos y la suma entre recurridos e impugnados fue de 29.442. Entonces, incluyendo estos votos “negativos” los resultados finales, que se acercan más a la realidad social, fueron los siguientes:


1) Daniel Scioli (FPV) - 8.424.749 votos - 26,29%

2) Mauricio Macri (PRO/Cambiemos) - 5.325.990 votos - 16,62%

3) Sergio Massa (FR/UNA) - 3.121.589 votos - 9,74%


   Estos números indican resultados distintos a los proclamados por los políticos y la prensa partidaria tras el escrutinio en aquella jornada. En síntesis, de cada diez habilitados para votar, tres no asistió a sufragar, acción que en la República Argentina prevé una multa por lo que más que un derecho, votar es una obligación. Pese a esta forma de extorsionar a la población, la abstención activa fue récord histórico en los últimos 70 años -desde 1946-, superando el 28% (2% más que el Frente para la Victoria). De cada cuatro electores, sólo uno optó por el oficialismo y otro eligió entre la lista de Macri o la de Massa. El Kirchnerismo quedó a 15 puntos de alcanzar los 40 puntos deseados y necesarios para evitar el balotaje. Por último, si se tomaría en cuenta la elección real, Compromiso Federal liderado por Rodriguez Saá ni siquiera hubiera ingresado a las elecciones generales que se desarrollarán en octubre próximo.



Herencia menemista


   Pese a las especulaciones, críticas y cuestionamientos de los políticos, con estos resultados se reafirman las sensaciones por las que transita la mayor parte del electorado que cumplió con su obligación ciudadana de votar, quien ampliamente se inclinó por propuestas políticas de ‘mano dura’ y ajuste, compró el producto mediático de la “inseguridad” y la opción de aumento de policías. Esos 22.000.000 de electores, en su mayoría, se inclinaron por las opciones del juego de la continuidad-cambio proclamada por los hijos políticos del menemismo y presentada por los medios. Scioli-Macri-Massa es el trinomio que le heredó a la política argentina el expresidente Carlos Saúl Menem, quien fuera el máximo impulsor del neoliberalismo durante la década de 1990 y, por ende, el principal responsable de la entrega de la soberanía argentina al mercado de capitales extranjeros, de las privatizaciones de empresas y servicios públicos, del empobrecimiento de millones de personas y la destrucción de la ‘cultura del trabajo’ en el obrero argentino.

   Lejos de abstenerse a la hora de opinar sobre sus pupilos del siglo XXI, en abril pasado Menem elogió a cada uno por sus carreras políticas, consideró que “son tres personas de bien a las que vi evolucionar” y, por ser su ‘formador’, se sentía "muy feliz porque es una contribución muy importante en el mundo de la política y de mi país". En aquella ocasión además afirmó que los tres se encuentran “en condiciones de hacer un buen gobierno”, aunque expresó que Daniel Scioli es quién interpreta mejor sus ideas y su argumento fue “porque él entró en el mundo de la política a partir de mi insistencia de que se dedique a este mundo, al cual era totalmente ajeno”.

   Los vínculos del trinomio aspirante a la presidencia con el actual Senador Nacional Carlos Menem ya habían sido considerados por la hija de éste, Zulema Menem, quien el año pasado en el programa de la longeva y polémica conductora conservadora Mirtha Legrand había expresado lo siguiente: "Mi padre es un gran político que formó a los principales candidatos actuales, aunque muchos lo nieguen. Macri, Scioli y Massa salieron de la formación de mi padre y hay muchos más". Con respecto a Scioli señaló que “una de las cosas que Daniel tiene es el reconocimiento a papá que lo llevó a ser un político como es, gran parte de lo que hoy es lo aprendió con papá”. Como respuesta, el primero de julio pasado en un acto en provincia de La Rioja, Daniel Scioli reconoció mantener afecto para con Menem, al expresar “jamás dejé de respetar y de tener cariño por Menem” y le agradeció la oportunidad que le dio de ingresar a la política.



Mauricio Macri junto a Carlos Menem, su inspiración política.
   Mauricio Macri, segundo en las PASO, prácticamente cuenta con el mismo equipo económico que utilizó el menemismo para planificar las políticas económicas entreguistas que luego aplicó en la década de 1990. Sin ir más lejos, el candidato a presidente por el Frente Cambiemos no oculta sus intenciones de revivirlas y ejecutar un “neoliberalismo del siglo XXI” si gana las elecciones. Por su parte, el Frente Renovador de Sergio Massa es un rejunte de políticos frustrados de su paso por el menemismo o el kirchnerismo. Felipe Solá, Carlos Romero, Fernando Galmarini y parte de la burocracia sindical peronista apoya o forma parte de alguna de las listas del massismo.

 

   El “progresismo” kirchnerista se consumió por completo y lo único que presentó, en base a las posibilidades de continuar en el poder, ha sido a un menemista que gobernó por dos periodos la provincia de Buenos Aires, cuyas inundaciones evitables ocasionan muertes y pérdidas económicas año tras año. Daniel Scioli es un representante del peronismo clásico y se ubica a la derecha del espectro político.

   En fin, este es el comprometido escenario que brinda hoy la democracia parlamentaria en Argentina. Si alguien creía que el fantasma del neoliberalismo ya había quedado en la historia, seguramente se sorprendió por el devenir político de los últimos años que fue atestiguó.la derechización de la sociedad argentina. El próximo presidente será Scioli, Macri o Massa. No sería tan descabellado afirmar que son lo mismo, porque si bien presentan algunas diferencias, los flagelos sociales y económicos se agudizarán, gane quien gane.

   Si algo está claro en este provenir oscuro es que durante los próximos cuatro años se prolongará el "modelo" del último periodo, que se traduce en ajuste a los trabajadores ya que es lo públicamente pretendido por la Unión Industrial -burguesía industrial argentina-; continuará la entrega del territorio y los recursos naturales a empresarios chinos y empresas multinacionales como Chevron o Monsanto; aumentará el número de policías, y con ello la represión, el gatillo fácil y la criminalización de la protesta; lamentablemente seguirán muriendo jóvenes pobres por abortos clandestinos y mujeres por femicidios; el narcotráfico continuará avanzando, llevándose la vida de chicos, jóvenes y adultos de las villas miseria; las provincias del norte continuarán gobernadas por feudalistas del poder político y nuestros pueblos originarios, privados de su existencia, humillados, desoídos, subestimados, pero siempre en pie de lucha.



Tres figuritas repetidas. Distintos nombres, misma política.